Ochenta años de historia son, sin duda, un valioso y esencial fondo de experiencia al que estoy obligado. Me siento en deuda con las generaciones anteriores que me han confiado la tarea de preservar, perseguir y expandir la compañía de la que soy propietario y director artístico.
Ya en 1932, mi abuelo Gino Chiarugi construyó una fábrica con su nombre que abarca 3.000 metros cuadrados, donde comenzó a producir muebles para salones y dormitorios a escala industrial, creando empleo para muchos h...
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